Energía. ¿Realidad o esoterismo?

       
Nuestro entorno está cambiando de una manera apresurada. Desde hace unos años, la tecnología no ha cesado de progresar e invadir nuestra vida cotidiana y nuestro entorno. Móviles, portátiles, wifi, wii, ondas radiales, ondas microondas, ondas electromagnéticas…, conexiones de todas las maneras posibles, se entrecruzan frente a nosotros ¡¡y no nos damos cuenta!! Cuando abordamos un avión se nos pide apagar el móvil porque hace “interferencias”. ¿Pero interferencias con quién, con el avión o con nosotros? ¡¡Pensamos que  somos como una piedra, materia, solo materia!! Olvidándonos de que nosotros también somos una maquinaria compleja y delicada. Es cierto somos materia, pero materia VIVA, con sus latidos, ritmos, flujos y fluidos, con sus propias vibraciones y ondas, con sus desprendimientos de calor... Sí, somos materia, pero también energía pura…
Cuando hablamos de energía pensamos a menudo en la energía eléctrica. A nuestros hijos les enseñan en el colegio que la energía se transforma y que puede ser producida por el movimiento (energía cinética), por la fuerza del agua (hidráulica), por el calor (calórica)…, por nombrar algunas de las más conocidas. Visto desde una humilde perspectiva, esto me lleva a preguntar. ¿Acaso mi cuerpo no se mueve? ¿No tiene fluidos y líquidos que transcurren en su interior? ¿Acaso no genera calor? Si a todas estas manifestaciones se les llaman energía fuera de mí, ¿por qué no lo serían dentro? Mi sentido común me lleva a pensar que si todo lo que se mueve fuera de mi cuerpo produce algún tipo de energía, entonces mi cuerpo que es agua, calor y movimiento (entre otras cosas), también. Y sin llegar a detallar, todas las vibraciones que producen mi corazón y mi cerebro… algunas tan sensibles e imperceptibles que requieren de sensores especiales para captarlas. ¿Y creemos que las ondas del móvil colgado en el cuello, de los satélites o de las centrales eléctricas no interfieren para nada en nuestro organismo?
¡Es cierto, me olvidaba que hay que ver para creer! y todas estas ondas no se ven, no se perciben con nuestros sentidos. Y por supuesto no hay quién las mida, ni investigue sobre ellas. Sin embargo, los perros huyen de ciertas ondas y los gatos se recuestan en ciertos lugares de la casa, donde estas ondas tienen características particulares. Podemos ver en nuestros televisores, sucesos transmitidos en directo por "ondas microondas!… ¡¡Entonces, si existen!! Sí atraviesan el espacio a traernos la imagen ...aunque no se vean.
Nuestro sistema nervioso transmite impulsos eléctricos, utiliza la electricidad para pasar la información en el cuerpo. Está comprobado que nuestro cuerpo (en particular nuestro cerebro y corazón) generan movimientos, ondas y vibraciones con ritmos regulares y armoniosos, (tal cual una orquesta organizada, toca una bella sinfonía). Todas estas “notas” e informaciones “musicales”  circulan por el cuerpo y lo rodean, como una bombilla encendida que se envuelve de calor. A esta capa circundante algunos la llaman “campo biomagnético” y otros, se “atreven” a llamarla  aura. Pero no estamos acostumbrados a hablar de ello, hablar de ello es “esotérico” y lo asociamos en nuestra sociedad, no solo con la “incultura”, sino también con la “charlatanería” (lo que no quiere decir que no existan muchos charlatanes, como en tantas otras profesiones). Hablar de la existencia de  "energía" alrededor de nuestro cuerpo, es casi como hablar de sexo en tiempos de la dictadura, o como afirmar que nuestro planeta es redondo, en la época de la Inquisición. Lo que no conviene (rentablemente hablando), lo que no podemos ver, lo que rompe con las reglas marcadas por la sociedad, lo que crea conflicto con nosotros mismos, con nuestras culturas y nuestras creencias, es fácilmente rechazado, despotricado y  ridiculizado. Pero se hablará de ello, porque ya es una realidad. Porque ahora sí existe realmente una necesidad: nuestra “energía o campo biomagnético corporal, como quieran llamarlo, está siendo agredido por nuestro entorno … Los ritmos, respiraciones, frecuencias y vibraciones de nuestro cuerpo están siendo obstruidos y perturbados por todas las ondas que emiten las antenas, los transistores y transmisores, los localizadores, los GPS, los satélites, los móviles, los hornos microondas…., del entorno.
Estas interferencias están creando desequilibrios (y enfermedades), hasta ahora con procedencias desconocidas. Requerimos respuestas a estas nuevas agresiones físicas y emocionalmente visibles, pero con orígenes no tan evidentes, …ni tan visibles. Son alteraciones inexploradas pero latentes y existentes.
Hoy por hoy, necesitamos nuevos tratamientos,  que restablezcan la armonía de nuestro cuerpo. Precisamos de verdades y romper con los tabúes establecidos por los grandes intereses y por nuestra sociedad, que a menudo escarnece lo desconocido.
Por eso somos cada vez más los que buscamos otras alternativas. No solo para prevenir, sino también para restablecer nuestros niveles naturales, de una forma global.

Definición de esotérico: Secreto, oculto, incomprensible para la mayoría. (Según el diccionario básico de la lengua española - Santillana).
Con la esperanza de que algún día, la mayoría comprendamos mejor muestro mundo…
                                   
                                                             © Caroline Benkö

Interesante artículo del periódico la Vanguardia sobre las ondas: http://carolinebenko.blogspot.com/2011/10/articulo-de-la-vanguardia-sobre-las.html


...y sobre la energía que emite el corazón: "la Vanguardia" 20/03/2012
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120314/54267641495/annie-marquier-corazon-cerebro.html

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